La realidad está repleta de historias que el cine, al menos el español, no se atreve a reinventar casi nunca como ficción. La nueva película de Helena Taberna, cineasta que sí tuvo el valor de reconstruir sobre la pantalla la tremenda historia de Yoyes, se alimenta de un generoso puñado de personajes encontrados en el mundo real, en las calles del centro de Madrid y de algunos barrios de la periferia. Mujeres todas, procedentes de los más dispares confines del mundo, que describen voluntaria y frontalmente las circunstancias que las impulsaron a salir de sus respectivos países de origen para venir en busca de una nueva vida a esta esquina de Occidente, que desde la perspectiva de la distancia puede parecer un rincón apetecible del paraíso capitalista.
Extranjeras es, pues, un relato caleidoscópico, algo así como un mosaico de rostros, biografías y culturas, que se sigue con emoción equiparable a la que emana de las voces de estas mujeres sencillas y luchadoras que hablan en primera persona, en nombre propio, de una en una o en grupo, sin que la narración se apoye en otro tipo de soporte, como para no interponer ningún tipo de artificio entre sus rostros y el espectador. Las tragedias que se entrevén en sus palabras, impregnadas a ratos de un deslumbrante sentido del humor, son descritas como parte de un peaje inevitable para acceder a su nueva vida.
Lo mejor, sin duda, surge de una voluntad evidente de mostrar la cara más amable de la inmigración, tan asociada siempre a la delincuencia, la irregularidad o la página de sucesos, los aspectos más positivos de esa gente predispuesta a integrarse en la normalidad inhóspita que se les ofrece, por encima de trabas burocráticas y policiales, como parte de un fenómeno creciente que está cambiando el aspecto y cosas más profundas de la vida y las costumbres de este país. El mayor reproche que se le puede hacer a la película de Helena Taberna es la incapacidad, comprensible por otra parte, de renunciar a tan abundante número de personajes para profundizar algo más en la historia de cada una de estas mujeres.