"Me gustaría lograr que los inmigrantes pasasen de objetos a sujetos"
Entrevista en El Norte de Castilla, 28-10-2003

Inició su carrera audiovisual en 1986, como coordinadora de nuevas tecnologías del Gobierno de Navarra. En esa etapa, Helena Taberna realizó documentales y cortometrajes, así como vídeos didácticos. En 1994 dejó la administración para dedicarse a escribir guiones y a la producción y dirección de audiovisuales. Su película 'Yoyes' se proyectó en la 45 Semana, dentro de la sección Spanish Cinema. En 'Extranjeras', exhibida a concurso en Tiempo de Historia y recibida con aplausos, presenta a inmigrantes que han llegado a Madrid o Alcalá de Henares desde diferentes países, de Colombia o Ecuador a Sudán y de Marruecos a Polonia, que narran su experiencia ante la cámara y describen su vida cotidiana.

- Lo primero que sorprende es la naturalidad con la que cuentan cómo viven, en qué trabajan o qué desean.

- Porque el trabajo está basado en la confianza mutua, yo me fiaba de ellas y ellas de mí. Por eso se decidieron a abrir sus corazones y contar su cosas, ya que tienen que estar escaldadas por una recepción que no siempre es entusiasta. De ahí que el proceso de aproximación sea lento hasta que consigues comunicarte. Luego, cuando vieron el documental, les gustó.

- A través de sus declaraciones parece además que las diferencias culturales no son tan grandes.

- Las mujeres son las más universales porque además de conservar los elementos de su propia cultura son las que sirven de lazo de unión entre la de origen y la receptora.

- ¿Cómo fue su posición durante el rodaje?

- Intenté dar un tono que no fuera el de directora que mira, como desde un aula, a que se pongan a contar sus historias. También procure no caer en una excesiva protección a la que puedes llegar por un cierto sentido de culpabilidad.

- ¿Cuál fue el punto de partida?

- La obligación que tiene cualquiera que enfoque la inmigración de completar la mirada que ofrecen los medios de comunicación. Es decir, la de contar la realidad para lograr el equilibrio. El 90% de las mujeres inmigrantes son como las que muestra el documental, sin embargo sólo las conocemos cuando se descubre una red de prostitución, lo que produce la sensación de que son un elemento negativo. Por eso es necesario mostrarlas con sus problemas y sus deseos en sus actividades diarias. Es emocionante el cariño que una de ellas que no conoce a su nieto tiene al niño al que cuida y conmovedor cómo cuentan todo lo que dejan de vivir en sus propios países. Muchas mujeres españolas no tendrían acceso al mercado laboral si no estuvieran las extranjeras cuidando a sus hijos.

- También resulta extraño que sean precisamente las hispanoamericanas las que parece que tienen más dificultades para integrarse.

- En el fondo es como las habaneras, un canto de ida y vuelta. Ellos recibieron muy bien a los españoles en sus países cuando emigraron y ahora tienen una gran frustración por lo que se han encontrado al llegar aquí Creían que les íbamos a recibir con los brazos abiertos y ha sido todo lo contrario.

- Además hay diferencias entre ellas al opinar sobre el racismo de los españoles.

- Si ahora empezase a hacer el documental probablemente no saldría así porque la situación cambia constantemente. De hecho, las que llevan más años aquí se beneficiaron de que cómo no existía la inmigración en España tampoco había prejuicios y fueron bien acogidas. Ahora cada vez se van alimentando más y la recepción y el trato ha cambiado.

- Es igualmente curioso no sólo la cantidad de iglesias de distintas religiones que hay en Madrid sino la importancia que tienen los templos en sus vidas.

- Porque la iglesia no sólo es el sitio donde el creyente vive su espiritualidad sino el lugar de encuentro de todos ellos y en el que escuchan su propio idioma y organizan actividades.

- ¿Qué le gustaría conseguir con la película?

- Lograr que se vea que detrás de los inmigrantes hay seres humanos, que pasen de ser objetos a sujetos. Me gustaría que la película sirviera de reflexión para luchar contra ese pequeño racista que todos llevamos oculto dentro del corazón y que surge siempre que hay problemas porque es muy fácil culpar a los de fuera. Es decir, si además de disfrutar con estas pequeñas historias sirve para agrandar el corazón, mejor.

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